Reventé

Ayer miércoles tuve un día bastante estresante en el que todo el mundo que podía meter la pata la metió, me tocaba a mí solucionarlo todo, el teléfono no paraba de sonar y se me acumulaban el trabajo y los líos. Intenté mantener la calma pero según pasaban las horas se me iba hinchando la vena y a última hora me cagué en todo lo cagable soltando de todo por mi boquita. Me enfadé mucho con los dos culpables de mi mala leche que encima me decían que me calmase (lo mejor que se le puede decir a alguien que revienta es que se calme, eso lo sabe toooooooodo el mundo...) y solté grandes verdades de una forma un tanto desagradable, al salir estaba nerviosa y muy disgustada porque no me comprendían.

Había quedado a tomar algo con mis amigas y menos mal que al principio sólo estaba una porque no quería que más gente me viese así, tenía ganas de llorar pero ya os dije que no sé llorar así que me desahogué con ella que me animó intentando cambiar de tema para que me despejase un poco, me dijo que nunca me había visto así, no me conoce de hace mucho pero realmente es difícil verme tan alterada, por suerte no me suelo enfadar tanto pero es que ayer se cumplía la Ley de Murphy y encima me atosigaban para que yo lo solucionase y con una sonrisa de oreja a oreja, y lo siento pero la sonrisa no me salía. Cuando fueron llegando las demás amigas ya me había tranquilizado un poco pero no tenía ninguna gana de tomar pinchos (suelen caer tres o cuatro y sólo pude con uno y medio), tenía una cara de circunstancia que pa qué y no hice el ganso como habitualmente, que en estas quedadas de entre semana suelo ejercer de Bufón de la Corte y a mucha honra. Pero ayer no podía.

Nos fuimos a casa no muy tarde e intenté cenar algo más pero no me apetecía así que descargué energía haciendo algo de limpieza y con un rato de féisbu pero tampoco había manera, de modo que dormí fatal y hoy me levanté medio zombi y todavía muy cabreada, cogí la bici para que me diera bien el aire y cuando llegué a trabajar no comprendían por qué contestaba con monosílabos y sonreía sólo a quien se lo merecía, menos mal que según pasaron las horas se me fue olvidando y los pequeños detalles de la gente maja me despejaron poco a poco, también ayudó que hoy en general no salían las cosas mal ni sonaba tanto el teléfono, además de que algo de efecto surtió la bronca porque aunque no decían nada sí que me ayudaban más para que no tuviera que estar pendiente de absolutamente todo.

Más o menos al mediodía se me había pasado y conseguí contestar con frases en vez de con monosílabos y sonreir sin forzar. Qué maja la gente maja que te hace olvidar los cabreos, qué maja la bici que te permite soltar adrenalina a pedalada limpia, menos mal que se me pasó, ya que no me queda más remedio que seguir viéndoles la cara por lo menos que no se me hinchase la vena a cada cinco minutos. Esperemos que pase muuuuuuuuuucho tiempo hasta que me caliente tanto porque no me gusta enfadarme así, no es bueno, pero cuando te provocan por momentos no lo puedes evitar.

Iba a escribir el post ayer mismo cuando llegué a casa con el rebote pero habría escrito demasiados tacos así que decidí esperar a hoy, mejor en frío o más bien en templado...

El sábado me espera la playa y se me terminará de olvidar el día de ayer, seguro.