Popurrí

He leído en una revista que la bici es el nuevo descapotable de las ciudades, me ha encantado. Podría tener un tractor amarillo, que como dice la canción "es la forma más barata de tener un descapotable" pero yo creo que para ciudad no es cómodo, además no creo que sea más barato que la bici, sinceramente, ya sólo por el gasoil del tractor... y no creo que me cupiese en el trastero.

Ayer en el café dominguero con las amigas estuvimos comentando la cena de navidad del sábado (que os ahorro detalles pero fue genial) y también los gustos, amoríos y frustraciones de todas. Francamente divertido, nunca había participado tanto en una conversación de estas y nos reímos un montón. La conclusión fue que tengo muy buen gusto y que a las demás, aunque parezca mentira, en la cena no se las iban los ojos al super escote de E. Increíble pero cierto, semejante escote y sólo miraba yo, seguro que mienten porque no mirar aquello tan escultural era difícil.

Hoy tenía una comida en los Madriles, hace falta tener los ovarios cuadrados para presentarse en una comida profesional pija de la muerte con una camisa arrugada. Pues sí, todas las que pegaban con el traje estaban sin planchar y no me daba tiempo a solucionarlo, así que iba a coger la que menos se le notasen las arrugas pero al final cogí la de rayas, que es la que más me gusta. Desplanchada y a mucha honra, espero que no se notase mucho...

He estado paseando por la capital del reino un rato por la mañana y otro por la tarde y sólo me he gastado los 2€ del metro y otros 2 de un zumo. A veces por el Barrio de Salamanca le meto una bofetadas tremendas a la tarjeta de crédito pero hoy me dio por pasear despacito y sin rumbo y sólo entrar en las tiendas para mirar. Barato barato y relajante, a mi aire.

Además de un zumo me acabo de acordar de que también me gasté 0,70€ en palotes

había un montón de sabores que no conocía: naranja, sandía, melocotón y manzana. Después de probarlos todos he llegado a la conclusión de que el que más me gusta es el de toda la vida: fresa, por mí se podrían haber ahorrado todos los sabores nuevos.

Me gusta el silencio, hoy no tenía que madrugar mucho pero había un atasco tremendo debajo de mi casa y han estado con el claxon desde las 7 de la mañana, como si por pitar fuesen a circular más rápido. Cuando he salido de casa he tenido que estar un rato delante de una obra con el martillo pilón. Genial. En el viaje mucho ruido y al llegar una manifestación con sus silbatos, voces y demás. No se me ha levantado dolor de cabeza no sé por qué, me encanta el silencio y por la mañana sobre todo lo necesito.

Pues nada, que no puede ser.... Me voy a ir a vivir a las montañas con Heidi, el abuelo, Niebla, Pedro y Clarita. Fijo que ahí los amaneceres son más silenciosos.


Un poco inconexo todo ¿no? qué se le va hacer, es lo que tienen los popurrís.