Momentazos y fotos de Dublín

Hace ya 3 días que volví de Dublín pero entre currar y el trancazo que me he pillado no he tenido ni tiempo ni ganas de escribir, así que allá voy, que si no se me van a olvidar los detalles. Seré breve porque se me cierran los ojos y estoy algo espesa.

Los irlandeses son geniales, en España si te sientas en una mesa de un bar y sobran sitios nunca se te sienta gente para completar la mesa, allí sí. Primero unas australianas jóvenes que nos pidieron permiso para sentarse y estuvieron a lo suyo, pero luego un matrimonio irlandés con 20 años más que nosotras que estuvo un par de horas cantando, hablando, haciéndose fotos, bebiendo pintas y riéndose con nosotras. Qué noche la de aquel día, nos dieron su correo electrónico para mandarles las fotos, hay que mantener sí o sí la amistad que surgió en aquella mesa.

Si viajas con una loca es muy recomendable llevar también una muy cuerda, inteligente y con sentido del humor, menos mal que tenía una de cada porque si no en algún momento habría tirado al río a la zumbada.

Nada más divertido que comprarse camisetas y complementos iguales para hacerse fotos haciendo el ganso y vacilar a la gente vestidas iguales. Como no me gusta nada la cerveza se me ocurrió pedir una copa y me cobraron 8,40€ por un dedo de vodka y un refresco de marca indefinida, así que opté por comprar esto en un súper, lo recomiendo: barato, ligerito y refrescante. Me cobraron a 2,20€ el botellín y en España lo he encontrado por 1,44€ así que estupendo.


La Nochevieja fue un poco rara, llevábamos nuestras latas de uvas de la suerte pero no hubo campanadas como tal. La cena fue en una hamburguesería porque a las 22:30 estaba ya todo cerrado, menos mal que lo compensamos con una comida de Año Nuevo para quitarse el sombrero.


No me gusta viajar sólo con equipaje de mano, en verano bueno porque con un par de camisetas y mudas te apañas pero en invierno es misión imposible, a la ida ya no cabía más así que a la vuelta con los regalos tuve que meter de todo en los bolsillos del abrigo, imprescindible abrigo con bolsillos grandotes o si no mejor facturar maleta. Me trepé para hacerme fotos a todos los sitios posibles y las demás me copiaron, yo seré una payasa pero qué rápido me imita todo el mundo.

El día de Año Nuevo me encontré en el suelo de un parque este iPod que algún irlandés borrachuzo estará echando de menos. Tiré los auriculares, limpié con tónico el parato y me compré el cable así que por el precio del cable Año Nuevo iPod nuevo. Iba a bajarme el iTunes y cargar mi música pero la tengo ya toda en el móvil así que por ahora voy a oír la del borrachuzo, hay algunas cosas muy maquineras pero también temas de lo más interesantes.

Me pasé 4 días sin abrir el correo, el face y el blog y sin echarlo de menos, una de mis amigas más adicta aún que yo llevó el netbook pero la red wifi del hostal iba fatal así que estuve 4 días sin internet y tan feliz. Cada vez que iba al armario a por algo me pedían que hiciera una salida triunfal del armario saludando y me aplaudían, qué zorras, menos mal que yo también sé ser un poco zorrón y en cuanto me inspiraba les devolvía la bromita con otra más grande.

Un poco triste levantarse el día de Reyes totalmente sola, con toda la familia repartida por otras ciudades, sin regalos y con fiebre, vale que regalos no tocaban porque ya vino en su momento Papá Noel, pero estaba sola y me encontraba fatal, qué ganas de llorar me entraron cuando todo el mundo comentaba la comida familiar, el roscón y los regalitos, joeeee. Aunque ahora que lo pienso sí que tuve el día 5 un regalito muy simpático de mi amiga M, si me estás leyendo, gracias.

Creo que al final no he sido breve, qué se le va a hacer. ¿Rebajas? buffffff, qué pereza, ya iré más adelante.